La mujer que quiere, lanza sus besos como garras al hombre que da por presa
y este tonto ingenuo se enamora, porque purga sus penas en su cuerpo
La mujer, no se enamora, pero todas las reacciones apuntan ha que si
el hombre, cada vez mas loco, cada vez menos cuerdo
pierde el sabor que tenia, como cuando no tenia dueño
La mujer complacida, desecha los huesos, y el hombre enamorado
la acosa de celos...
La mujer ya cansada, se calla y respira,
el hombre la cuida, de algún otro que mira
La mujer no enamorada, ya cansada de su amor
lo despacha, como cuando llegan cartas vacías al buzón
El hombre sin saber su motivo o razón
siente que su vida le ha robado el corazón
La mujer, se despide entre la entrada y la salida
El hombre cuenta su historia con actos
a cualquier otra despedida.